PUENTE ROMANO (Vega de Espinareda,León)Su construcción fue obra de los romanos,s.I ó II D.C.durante la romanización del Bierzo.

sábado, 21 de marzo de 2009

MONASTERIO DE SAN ANDRES

EL MONASTERIO DE SAN ANDRES

La fundación del monasterio de San Andrés parece estar relacionada con San Genadio, siglo IX y comienzos del X .
El primer documento escrito del que disponemos es del abad de Vega de Espinareda Martin, año 923, confirma una escritura del monasterio de San Pedro de Montes
A partir del siglo XI las escrituras, cartas, bulas, etc., empiezan a aflorar con cierta frecuencia. En el año 1043 se tiene constancia de un privilegio real, otorgado por el rey Fernando I de León, en el que entre otras cosas afirma: Concedemos y confirmamos a la iglesia de Espinareda aquellas cosas que nuestros antecesores concedieron por testamentos reales. Este dato corrobora como institución plenamente consolidada la existencia anterior del monasterio de San Andrés.








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Con el abad Gutierre, fallecido en 1071, el monasterio inicia una nueva etapa. Durante su mandato se abandona la regla de San Fructuoso por la que se venía rigiendo y se adopta la de San Benito, cambio impulsado y favorecido por el propio rey Alfonso VI, fuertemente influenciado por la pujante orden benedictina de Cluny (Francia).

A lo largo de los siglos XII y XIII el monasterio se afianza en todos los campos al amparo de la nobleza y de los privilegios reales que, en todo momento, secundan la meritoria labor de los monjes. Así se demuestra en 1270, tras la ruina completa del monasterio devorado por las llamas, el rey Alfonso X el Sabio acude prontamente en su auxilio, poniendo al alcance de los monjes todos los medios necesarios, confirmándoles los privilegios anteriores y otorgándoles otros nuevos para superar la difícil situación.

El favor de los reyes continuó en los siglos sucesivos hasta culminar, en 1317, con la concesión del señorío de la villa de Vega por el rey Alfonso XI al abad de San Andrés. Con el paso del tiempo el patrimonio monástico se incrementó del tal manera que los abades llegaron a ser los señores jurisdiccionales de más de 30 lugares del Bierzo y fuera de él, convirtiéndose el monasterio en uno de los más influyentes de la zona, al seguir contando con el apoyo de los Reyes Católicos y Felipe II.

En el siglo XVI el monasterio comenzó a destacar además por su gran influencia cultural. A partir de 1595 se convierte en Facultad de Filosofía de la Congregación benedictina y su Colegio de Artes y Letras alcanzó merecida fama por su esmerada enseñanza. Sus aulas acogieron a ilustres profesores y alumnos: el historiador Prudencio de Sandoval, el Cardenal Lorenzana y el escritor Enrique Gil y Carrasco entre otros. Haciéndose digno merecedor del título de Monasterio Sabio. Toda esta ingente labor se desmoronó con la Desamortización de 1835.




La monumental iglesia , obra cumbre del estilo neoclásico en el Bierzo, perteneciente al siglo XVIII. El interior del templo de una sola nave, con cúpula ovalada, alberga un precioso retablo barroco del XVII, algunas imágenes destacables y una fina talla gótica de Cristo crucificado.

En cuanto al monasterio, cuya restauración finalizó en 1964, lo más sobresaliente es el claustro del XVIII, abovedado, formado por arcos dobles de medio punto que alcanzan el piso superior y separados por pilastras toscanas. Destacan también el refectorio y la elegante escalera que conduce al piso superior del claustro. En el exterior una artística fuente de piedra construída en 1742.


Por su relevancia histórica conviene recordar también la inhumación de doña Jimena Núñez o Muñiz en este monasterio, en 1128. Esta dama, perteneciente a la nobleza berciana, fue amante del rey Alfonso VI, con quien tuvo dos hijas, Elvira y Teresa, casada esta última con Enrique de Borgoña. A la muerte de su padre Teresa se proclamó reina de Portugal, siendo su hijo Alfonso I Enríquez el que separó definitivamente Portugal del reino de León.
Los restos de doña Jimena se hallan sepultados en algún lugar sin identificar dentro del monasterio, en el màs completo anonimato. La lápida sepulcral, con hermoso epitafio, que cubría su tumba está depositado en el Museo Arqueológico de León. Ningún rastro identificativo de su enterramiento.




Datos obtenidos de la pagina web www .monumentalnet.org

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